20130609

Cisne negro

Uno de los más infliyentes filósofos del sigo XX, Karl Popper, abordó en su obra "La lógica de la investigación científica" (1934) el estudio de los límites entre la ciencia y la metafísica y buscó la menera de discernir de forma objetiva las proposiciones científicas de aquellas que no lo son. 
Parte de su pensamiento se explica habitualmente con el siguiente razonamiento: La observación de  miles de cisnes blancos puede llevar a un científico a postular que todos los cisnes son blancos, sin embargo la observación de un único cisne negro basta para afirmar que no todos los cisnes son blancos.
Para Popper una proposición sólo es científica si en algún momento se pueden plantear ensayos o pruebas para refutarla (independientemente de que salgan airosas o no de dichos ensayos). Osea, que
si algo tiene la posibilidad de ser falso también puede ser cierto. Sin embargo cuando algo no puede ser falso es tan utópico que nunca podría ser verdadero. Esto deja dentro de la ciencia teorías como la de la relatividad o la mecánica cuántica y en el terreno de la pseuciencia pensamientos que no pueden ser refutados como, por ejemplo, el marxismo, la religión o el psicoanálisis.
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